6 consejos para higienizar los paños de cocina

6 consejos para higienizar los paños de cocina

¡Oh, no! Los pañitos de cocina se han convertido en un apestoso problema. No pasa nada, esto es más común de lo que crees. El problema radica en que además de absorber derrames, limpiar zonas o secar la vajilla, que es para lo que están hechos, son una incubadora ideal para generar malos olores, si no lo lavas y secas de forma correcta. Te damos 6 consejos para evitar paños de cocina percudidos y con olor rancio.

1. La toalla de papel a veces es lo ideal

La toalla de papel a veces es lo ideal

Saber cuando usar toallas de papel en lugar de las telas, prolonga el tiempo de utilidad de tus paños de cocina y disminuye el riesgo de manchas perennes. Para absorber grasa o secar la humedad de la carne cruda usa toallas de papel. Esto se debe a que la primera crea manchas difíciles de sacar, y la segunda genera gérmenes que producen mal olor si no lo lavas de inmediato.

2. Evita usar paños de cocina más de un día

Para ello debes hacerte de varias toallas, el objetivo es reemplazar los paños usados el día anterior por unos limpios, en la mañana siguiente. Ten presente que debes tener paños de cocina para distintos fines, unos para limpiar los platos recién lavados, y otros para las encimeras, por ejemplo.

Así, los pañitos que hayan tenido contacto con sangre de carnes no deben ser usados más hasta que se hayan lavado de forma correcta, esta es una manera de evitar la contaminación cruzada.

3. No laves toallas de cocina con prendas de vestir

Debido a la tarea, de absorber derrames y limpiar encimeras, a la que son sometidos las toallas o paños de cocina, se recomienda que se laven por separado a la carga de la indumentaria de andar. Con ellos evitarás la mezcla de olores o que algún resto de comida termine arruinando tu ropa.

Pero en el caso de los paños que solo usas para secar los utensilios, que no tienen porqué estar cuestionablemente sucios, se pueden lavar con alguna carga de ropa regular, para ahorrar agua y energía. Ten presente lo siguiente, en caso de que hayas limpiado algún derrame de vino o fluido de carne, por ejemplo, debes enjuagar el paño de forma inmediata, dejarlo secar, para por último terminar lavándolo como es debido.

4. Usa lejía o vinagre al lavar las toallas de cocina

¡Cuidado! No todos los paños de cocina son aptos para lavarse con lejía, por lo que verter este líquido de forma directa podría terminar arruinándolos. Se recomienda hacer una mezcla previa de cloro con agua, y luego introducir los paños. O si usas máquina vierte el blanqueador en el depósito para tal fin, pero antes asegúrate de que toda la carga sea apta para cloro.

Otra forma de eliminar los gérmenes y bacterias de tus paños de cocina es el uso de vinagre con bicarbonato, pero tendrás que hacer uso de esta mezcla con más frecuencia que cuando lavas con lejía.

5. Hierve las toallas de cocina

El agua caliente es muy buena para blanquear y desinfectar, además de eliminar los malos olores. Por ello, puedes juntar tus paños de cocina, sumergirlos en una olla de agua con un poco de bicarbonato y vinagre, o si lo prefieres, con un chorrito de cloro jabón, y dejarlos hervir sobre la estufa unos 15 minutos. Tendrás un paños despercudidos y seguros de usar.

Si prefieres usar lavadora, solo pon en marcha la configuración de agua caliente, en especial si compartes la carga con ropa corriente, de ser así se recomienda que optes por la opción donde el agua salga lo más caliente posible. De este modo, cualquier bacteria que pudo haberse trasladado de la cocina será erradicada. Solo asegúrate de que la indumentaria no se dañe con esta configuración, para ello, lee las etiquetas.

6. No uses suavizante de ropa

 No uses suavizante de ropa

No querrás que tus utensilios, sartenes y platos al ser secados queden olorosos a suavizante, y que este aroma se transfiera a tus comidas. Además estos productos suelen dejar una película sobre la superficie, haciéndolas poco aptas para secar tus verduras y frutas.

Permite que tus paños de cocina se sequen al aire libre, o en su defecto usa la secadora, pero nunca dejes que estos queden hacinados con humedad. En su lugar, cuélgalos luego de su uso, deja que sequen, y luego dispón de ellos, esto evitará que tus toallas se vuelvan un hervidero de bacterias.