Las encimeras son uno de los elementos más importantes de la cocina. Nos sirven como mesa de trabajo, desayunador, y sin duda es una de las primeras cosas que las visitas observan al ingresar a esa zona de la casa. Por ello, vale la pena darle un buen cuidado para tenerlas como nuevas por un largo período. ¿Sabes cómo hacerlo? ¿No? Te damos algunos consejos.
1. Nada de picar directamente sobre ella
Puede que te resulte tentador picar directamente sobre la superficie, ya que esta luce resistente y reluciente casi perfecta para trazar alimentos. Pero sorpresa… No solo tus cuchillo perderán el filo, sino que arruinas el acabado de tus encimeras. Sí, sabemos que los fabricantes prometen un producto a prueba de ralladuras, sin embargo, picar una y otra vez, desgasta el recubrimiento que protege la encimera, y en ese punto se empezará a estropear hasta por lo más mínimo.
2. Cuidado con poner baterías muy calientes
Evita esta práctica, poner ollas y otros utensilios de cocina muy calientes también arruina el recubrimiento de las encimeras. ¿Qué puedes hacer? Sencillo, adquiere unas rejillas o protectores de silicona especiales para colocar cosas calientes. Estos protectores de calor evitarán un dolor de cabeza y gastos de restructuración prematura.
3. ¡Detente! ¿Qué producto usas para limpiar?
¡Indiscutible! La limpieza de las encimeras es asunto de todos los días, incluso varias veces al día. Así las cosas, se deben usar equipos efectivos, pero no abrasivos, de este modo los estropajos metálicos, por ejemplo, quedan fuera del juego. En su lugar, se recomienda usar esponjas de dureza media y paños de microfibras, esto evitará rayones accidentales y la pérdida de brillo de la encimera.
Por otro lado, hay que tener cuidado con el tipo de detergente que se va a usar. ¿De bricolaje o de químico comercial? En caso de que sean productos comerciales solo debes leer con cuidado las etiquetas, y averiguar para que superficie sirve específicamente. En caso de que no incluya el material de tu encimera, descártalo por uno apropiado. Te presente que hay daños que son irreversibles.
Ten precaución con la lejía, los desinfectantes y el desengrasante de fábrica. Si de verdad estás convencido de que debes usarlos, procura que estén diluidos en un poco de agua. Y de ningún modo lo use a diario, ten presente que puedes dañar la capa protectora de la encimera y opacarla por completo.
4. Intenta que no haya humedad
Las superficies húmedas son incubadoras de gérmenes y bacterias así que ten cuidado. Sí, sabemos lo que estás pensado, las cocinas de por sí son espacios húmedos, ¿cómo puedo evitar la humedad? En especial, la encimera próxima al fregadero. Sencillo, ten a la mano un paño limpio de microfibra a tu disposición para limpiar pozos de agua a medida que se formen. De esta forma, evitas que dañe el material si la encimera es de madera, y la formación de microorganismos.
5. No repulas por tu cuenta la encimera
No repulas la encimera tú mismo si no cuentas con experiencia sobre el tema. ¿Qué tú no haces este tipo de cosas? Perfecto, pero créenos cuando te decimos que hay gente que se aventura a realizar remodelaciones y este tipo de mantenimientos sin saber nada al respecto. ¿Sabes cómo termina esto? Desgastan la encimera en lugar de pulirla, así se pierden los recubrimientos especiales y aparecen las filtraciones de líquidos. Y el material se arruina por completo.
Para la limpieza de las encimeras se recomienda el jabón neutro, intenta no usar limón o vinagre y si lo crees necesario, combínalos con un poco de agua. Ten presente que si tu encimera es de madera debes buscar los productos y aceites especiales que venden para su limpieza. Intenta llevar a cabo las recomendaciones dadas, y tendrás encimeras en óptimas condiciones por un buen tiempo. ¡No hay excusas! Ya sabes cómo lograrlo.